lunes, 16 de noviembre de 2009

3.7. Conclusiones

Pienso en miles de jóvenes, mujeres, adultos, que todavía están atrapados en las sustancias y que no han logrado salir de esta trampa mortal, en los miles que mueren diariamente por sobredosis, suicidio, accidentes, sida o violencia callejera, en los miles que están recluidos ya sin retorno cerebral en los hospitales psiquiátricos.
Ojala estas historias reales, desgarradoras, honestas, que muestran como el alcohol y otras drogas llevaron casi a la muerte y a la locura a seres sensibles y buenos, que nunca quisieron caer en ese infierno ni hacerse tanto daño, y que por milagro lograron una oportunidad de vida, sirvan para hacer un alto en el camino y tener un momento de reflexión.
Reflexión a los padres de familia para que vuelvan a rescatar el dialogo y el amor. Para que abran los ojos y estén alerta a los primeros cambios de conducta de sus hijos, y hablen abiertamente de alma a alma y no escondan ni evadan la situación.
A los profesores de los colegios, para que se bajen de sus falsos pedestales y revisen sus programas, y en vez de dar tanta cátedra, tanta información y datos para que sus alumnos triunfen económicamente, les enseñen a vivir, a sentir, a amar, a expresarse.
Los que aun creemos que no es demasiado tarde, que los valores si se pueden rescatar, que puedan salir de este infierno y de ese circulo vicioso y diabólico y volver a tener un país honesto y limpio, una juventud de nuevo idealista y entusiasta, unos empresarios, unos lideres de verdad, una justicia que se aplique con equidad y rigor sin venderse por dinero.

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